sábado, 31 de marzo de 2012

LAS DOS GRANDES REVELACIONES



Dos son los medios directos de auto revelación de Dios para el hombre: LA PALABRA ESCRITA Y LA PALABRA ENCARNADA. 

LA PALABRA ESCRITA

“Hasta el extremo del mundo SUS PALABRAS” (Salmo 19:4). En esta expresión se resaltan dos pensamientos importantes. 1o. El alcance de la Palabra, y 2o. La plenitud de la Palabra. La palabra es el medio de expresión de los seres racionales. La palabra revela el carácter y la voluntad de la persona, de tal forma que la palabra se constituye en el medio de comunicación mas simple y fácil que tienen para comunicarse y conocerse entre si. En el caso de Dios, el usa su Palabra para darse a conocer al hombre y para que este le conozca a él. Dios es un Ser conocible, y su Palabra tiene un alcance universal, ilimitado porque esta dada para el hombre necesitado donde quiera que este se encuentre; por eso llega “al extremo del mundo”. Es en esa Palabra donde se encuentra revelada su santa y divina voluntad, y donde el hombre puede encontrar satisfacción plena a todas sus necesidades e inquietudes heredadas a causa del pecado. En “su Palabra” están contenidas “sus palabras”. Para cada necesidad Dios tiene “una palabra”, por eso en “su Palabra” el hombre encuentra palabras de “vida”. Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63).

El propósito fundamental que Dios tiene con su Palabra es revelarle al hombre su voluntad, su carácter, sus planes universales y propósitos específicos para darle la oportunidad de rehacer su vida y restaurarlo su posición perdida.

LA PALABRA ENCARNADA. 

“Escudriñad las Escrituras, porque ella dan testimonio de mi” (Juan 5:39 “Dios, habiendo hablado, muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo…” (Hebreos 1:1-2). Jesucristo se constituye el la máxima y suprema revelación de Dios al hombre. Las demás revelaciones han sido parciales, solo encararon diferentes aspectos de la persona de Dios. Jesucristo es la revelación de la gloria de Dios (Juan 1:14), es el resplandor de la gloria de Dios (Hebreos 1:3), es la plenitud de Dios (Juan 1:16); es el revelador de Dios (Juan1:18); es el Verbo (Palabra) de Dios (Juan 1:1). Jesús vino a revelar el carácter de Dios, su amor, su misericordia, su justicia de tal forma que Él pudo decir: “Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais” (Juan 14:6), “el que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9); "Nosotros (él y el Padre) somos uno” (Juan 17:22).

Solo cuando “venga lo que es perfecto”, cuando lo veamos “cara a cara”, será consumado el proceso de revelación de Dios al hombre, porque allí lo conoceremos en otro orden, en otra esfera, sin limitaciones, excepto en lo que concierne a la incomprensibilidad profunda, infinita e inescrutable de la naturaleza divina intrínseca.




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