sábado, 31 de marzo de 2012

DIOS ES UN SER COGNOSCIBLE



La cognoscividad de Dios como ser espiritual y personal. 

Dios es un Dios CONOCIBLE. Esto quiere decir que Dios se da a conocer y se le puede conocer. Esto nos revela las posibilidades que tiene el hombre de conocer a Dios y, a la vez, el deseo que tiene Dios de darse a conocer a usted. El mismo Dios, en su Palabra, nos revela esta posibilidad, y aún más, nos exhorta, y hasta cierto punto sus palabras se tornan en un mandamiento para que el hombre obedezca y se preocupe en poner en práctica. Dios dice: “Así ha dicho Jehová: NO se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas, más alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia y juicio y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová”. Hay dos palabras que saltan a la vista y es “entenderme y conocerme”. El mismo Dios nos dice que nosotros somos capaces de entenderlo a él y conocerlo a él. Cuando él habla de entendimiento y conocimiento, él mismo se encarga de revelarnos las áreas de conocimiento hacia las cuales quiere que el hombre se proyecte: 1o. “Que yo soy Jehová”, 2o. “Que hago misericordia”, 3o. “Que hago juicio, y 4to. “y que hago justicia en la tierra”. y recalca: “porque estas cosas quiero, dice Jehová”.

Este es el deseo profundo de Dios. Analicemos cada uno:

1o. Dios quiere que sepamos y entendamos que él es Jehová. ¿Qué implicaciones tiene esta declaración?. Si analizamos el significado de la palabra "Jehová" como nombre aplicado a Dios nos damos cuenta que este nombre hebreo compuesto por cuatro letras (YHVH= y cuya pronunciación más exacta es YAVÉ, fue el usado por Dios para revelarse por primera vez a Moisés, cuando este estaba  apacentando las ovejas de su suegro, en el desierto, y Dios lo llamó para encomendarle la tarea de libertar a su pueblo de Egipto. Ante el pedido de Moisés para que le dijera cuál era su nombre, con el propósito de responder a los hijos de Israel, Dios le dijo: " YO SOY EL QUE SOY, así dirás a los hijos de Israel “YO SOY me ha enviado a vosotros” (Éxodo 3:14).

Dios se revela a nosotros como viviendo en un eterno presente, se revela como el Dios eterno e increado, pero a la vez el pronombre personal “Yo” demuestra que él es un ser personal, capaz de comunicarse con el ser humano, como lo estaba haciendo con Moisés; y el verbo “ser” implica no solo "esencia", sino existencia. O sea, que es un ser que existe por sí mismo, un ser que habla, que piensa, que siente y cuyo propósito es  revelarse al hombre para que este pueda comprender y entender que Dios es real y que que puede entablar amistad y compañerismo con sus criaturas racionales. El comienzo de nuestro andar con Dios consiste en que nos alleguemos a Dios creyendo sinceramente que Él es capaz de revelarse a nuestras vidas y hacernos entender cuál es su voluntad para nosotros.

2o. Dios quiere que entendamos que “Él hace misericordia”. Si logramos entender la misericordia de Dios, esto será un paso de avance en el camino del conocimiento de Dios. Ahora bien, la manifestación de la misericordia de Dios tiene que ver con nuestra condición de pecadores impotentes, míseros e imposibilitados de lograr por nosotros mismos la restauración espiritual y moral. Reconocer que somos nosotros los que necesitamos a Dios y no que Dios precisa de nosotros. Tenemos que reconocer que somos nosotros los que hemos caído, y que él se compadece de nosotros extendiendo su mano amorosa para restaurarnos, ayudarnos y bendecirnos. Tenemos que reconocer que en nosotros no hay méritos algunos que sean capaces de lograr que Dios haga algo por nosotros, que los méritos están en Jesucristo que fue el que murió por nosotros. Tenemos que reconocer que lo único que podemos hacer es traer a Dios es nuestro pecado, nuestra miseria espiritual, nuestras fallas, nuestros dolores, nuestros sufrimientos; que a pesar de todo eso Él es compasivo y en Jesucristo Su Hijo, Él nos perdona, nos limpia, nos levanta, nos restaura moral, espiritual y físicamente. Esto lo hace la misericordia. Permitamos que ella se manifieste en nosotros y veremos el cambio.

3o. Él quiere que entendamos que “Él hace juicio”. Él es el juez de toda la tierra y juzga las acciones de los hombres. La capacidad de juzgar rectamente se basa en el hecho de que él conoce bien, no solo las manifestaciones externas de los seres humanos, sino  las intenciones que impulsan al ser humano a hacer algo. Detrás de una acción buena puede haber un propósito egoísta y oportunista; detrás de una acción fea, puede haber un propósito ingenuo y sin intención mala. Dios está mirando y calibrando el corazón más que las meras palabras y los hechos visibles. Dios está mirando nuestro corazón por lo que entiende esto nos ayuda a saber que él, en su juicio es justo y que él no se equivoca, pero esto nos hace entender también que toda la justicia está en él y que en nosotros los humanos la justicia es nula y nos es imposible apelar a ella para justificarnos. Dios quiere que reconozcamos nuestra condición ante él y apelemos, no a nuestra justicia, sino a la justicia de Jesucristo, quién fue hecho por nuestra causa “justicia de Dios”, llevando en su cuerpo crucificado todos nuestros pecados y errores. Podemos venir a él con fe y saldremos justificados; si venimos con nuestra propia justicia eremos condenado.

Estas son las cosas que Dios quiere que conozcamos, por eso él nos las revela, nos las hace ver para nuestra ayuda y salvación.

Quizás tú habrás pensado que el conocimiento de las cosas espirituales se obtiene por medios complicados, a través de estudios profundos sobre religión o filosofía, o por medio de prácticas esotéricas y experiencias extra sensoriales, pero te digo que estás equivocado y vas por un camino errado.Dios dice: “Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero su fin es camino de muerte”. En este camino oscuro y tenebroso, al hombre pecador se le hace imposible encontrar y conocer a Dios. En este punto, es Dios el que toma la iniciativa y prende la luz. Con esto quiero decir que el que toma el primer paso para ser conocido es Dios revelándose a Sí mismo al hombre como expliqué anteriormente.

Dos son los medios directos de auto revelación de Dios para el hombre: LA PALABRA ESCRITA Y LA PALABRA ENCARNADA. (Leer: Las dos grandes revelaciones).


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