miércoles, 14 de marzo de 2012

CAPÍTULO 2: LA PLURALIDAD DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.



En Deuteronomio 6:4, Dios le dice a Israel: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová UNO ES”. Tanto este versículo, como los siguientes, Deuteronomio 4:35-39, 1 Samuel 2:2, y 1 Samuel 7:22, nos enseñan claramente LA UNIDAD DE DIOS. O sea, que de una forma clara y evidente la Biblia nos enseña la unidad de Dios en el Antiguo Testamento. Sin embargo, en todos los versículos del Antiguo Testamento, en que se emplea la palabra UNO para significar la naturaleza interna de Dios, es utilizada la palabra hebrea ECHAD, la cual denota una unidad compuesta. Vamos a explicar esto mejor: en el Antiguo Testamento, se emplean dos palabras hebreas para designar la unidad: una es ECHAD y la otra es YACHID. La palabra ECHAD, como ya apuntamos, designa todas las unidades compuestas. Por ejemplo cuando la Palabra dice que “”el hombre y la mujer serán UNA sola carne”, la palabra que se emplea es ECHAD, YA QUE EL MATRIMONIO ES UNA UNIDAD COMPUESTA. Para designar las unidades absolutas se emplea la palabra YACHID. Ésta última palabra jamás se emplea para designar a Dios como UNO. Quiere decir que Dios es ECHAD, o sea uno compuesto. A continuación, enumeramos algunos versículos más en los cuales se utiliza ECHAD como unidad compuesta: Génesis 2:24; Esdras 3:1; Ezequiel 37:17. Los siguientes son también versículos donde se emplea YACHID, uno absoluto, pero nunca aplicado a Jehová DiosM Génesis 22:2; Amós 8:10; Jeremías 6:26; Jeremías 12:10; Proverbios 4:3; Jueces 11:34.

Por otra parte, las formas plurales conque Jehová Dios se designa a sí mismo son pruebas elocuentes de la pluralidad de personas que existen dentro de la Deidad.

En Génesis 1:26 dijo Dios (la palabra hebrea que se traduce como Dios es el plural “Elohim”, que significa “Dioses”): “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (1:26). Si en la Deidad hubiera habido una sola persona, no tuviera ninguna lógica que Dios hablara en plural, colocando a la otra persona en igualdad compartida, y hubiera dicho: “Voy a hacer al hombre a mi imagen y semejanza”. Sin embargo la Biblia emplea ese lenguaje en singular también. Si usted analiza el versículo 27, donde dice que Dios “creó al hombre a su imagen y semejanza”, concluimos que aunque Dios es ECHAD, o sea UNO, es UNO COMPUESTO como lo determina el versículo 26. Por otra parte, este versículo enseña claramente el carácter divino de las personas que intervinieron en la creación del hombre.

Busque ahora Génesis 11:6-7. Aquí la Biblia nos dice: “Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es UNO (echad), y todos estos tienen un mismo (ECHAD) lenguaje y han comenzado la obra y nada les hará desistir de lo que han pensado hacer, ahora pues, DESCENDAMOS Y CONFUNDAMOS allí sus lenguas para que ninguno entienda lo que habla”. Es curiosa la construcción gramatical en el idioma hebreo, ella dice literalmente: “Y descendió Yahvé para ver la ciudad y la torre que edificaron los hijos del hombre, y dijo Yahvé, ¡Mira! Pueblo uno y lengua una para ellos... Vamos, descendamos y confundamos allí sus lenguas...”. La pregunta es: ¿A quién dice Yahvé “¡Mira!”?, ¿a quién Yahvé invita junto con él para ir, descender y confundir? Es evidente que es a otra u otras personas coiguales con él a quién invita para realizar una obra que era común a ellos, enseñándonos esto que Jehová Dios no estaba en una soledad absoluta ni que era una unidad compacta y absoluta. Él tenía a alguien coigual con él que ejecutaba unido todo propósito y plan y les era imposible prescindir el uno del otro o los unos de los otros.

Pero hay más. Busque en su Biblia Isaías  6:1-13. Si lee detenidamente podrá darse cuenta de la experiencia gloriosa que tuvo Isaías cuando contempló la magnificencia de la gloria de Dios. En esta oportunidad Dios le hace un llamado a Isaías y le dice en el v. 8: “Después oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá POR NOSOTROS? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”. Si Dios era una sola persona, por que no dijo mejor: “¿A quién enviaré y quién irá por MÍ”, hablando de esta forma en singular? Dios no podía hablar en singular, porque el que estaba delante de Isaías, cuya voz escuchaba el profeta, era la Deidad manifestada en esos momentos en la persona del Padre, la persona del Hijo y la persona del Espíritu Santo. En el versículo 3, los serafines que rodeaban la gloria de Dios decían: “¡Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria...” ¿Por qué tres “santos”? Porque santo es el Padre, santo es el Hijo y santo es el Espíritu Santo, pues los tres poseen los mismos atributos divinos y morales, y los tres participan coigualmente la misma gloria y majestad.

Seguramente te estarás preguntando ¿dónde dice en la Biblia que Isaías vio a tres personas y que ellas eran el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? Pues quiero decirte que sí, que efectivamente Isaías vio a los tres en toda la plenitud de Su gloria: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, recibiendo la misma honra, la misma adoración, la misma honra y el reconocimiento de todos los seres angelicales. Te invito a abrir tu Biblia y, con un corazón abierto y dispuesto a recibir con humildad la Palabra de Dios, leamos tres pasajes:

Primero, Juan 12:37.43. Aquí Juan te va a explicar a quién vio Isaías. Lee bien conmigo: “ESTAS COSAS HABLÓ JESÚS Y SE FUE Y OCULTÓ DE ELLOS. Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos NO CREÍAN EN ÉL, para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías (capítulo 6) que dijo: Señor, quién ha creído a nuestro anuncio y a quién se ha manifestado el brazo de Jehová. Por eso no podían creer, porque también Isaías dijo: Cegó los ojos de ellos y endureció su corazón, para que no vean con sus ojos y entiendan con el corazón y se conviertan y yo los sane”. Y fíjese bien lo que dice el versículo 41: “Isaías dijo esto cuando vio SU GLORIA Y HABLÓ ACERCA DE ÉL”. ¿Qué gloria vio Isaías? La gloria del capítulo 6 que es la experiencia dentro de la cual están contextualizadas estas palabras. Esa gloria que vio Isaías fue revelada a los hombres también, pues el Verbo divino de Juan 1:1 “se hizo carne Y VIMOS SU GLORIA, GLORIA COMO LA DEL UNIGÉNITO HIJO DEL PADRE, LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD” Juan 1:14. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito hijo que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”  (Juan 1:18: otros manuscritos dicen “el unigénito Dios”). Si eres capaz de contemplar la gloria del Padre, tendrás que contemplar en esa gloria la gloria del Hijo ya que LA una y LA otra son LA MISMA GLORIA.

Segundo, te invito a buscar en Hechos 28:25-27, y lee con detenimiento y sin prejuicios este pasaje y te darás cuenta que Lucas está registrando las palabras de Pablo que alude a la misma experiencia de Isaías en el capítulo 6. Dice así el pasaje de Hechos: “Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo estas palabras: BIEN HABLÓ EL ESPÍRITU SANTO por medio del profeta Isaías a nuestros padres diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis y no entenderéis; y viendo veréis y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente y su ojos se han cerrado para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos y entiendan de corazón y se conviertan y yo los sane” Hechos 28:25-27. ¿Quién dejó oír su voz cuando Isaías vio la gloria de Dios? Isaías 6:8 dice: “Después oí la voz del Señor que decía...”. ¿De quién dice Pablo que fue esa voz?: “Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías...” Y yo te pregunto, ¿uién habló?. Allí habló el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ? Y sabes por qué el Espíritu Santo habló? Porque el Espíritu Santo es una Persona, porque solo las personas hablan. ¿O no...?. El viento no habla, los animales no hablan ya que ellos carecen de personalidad, pero el Espíritu Santo habla, porque es una persona. El Espíritu Santo habló y sigue hablando, pero aquellos que no creen en la Trinidad están como los antiguos: “el corazón de ellos se ha engrosado, sus oídos se han tupido, y sus ojos se ha cegado” para no entender la Palabra de Dios.

Allí, en toda su gloria y majestad, tanto el Padre, como el Hijo, como el Espíritu Santo, recibieron coigualmente la misma alabanza, la misma honra, y la misma gloria porque las tres personas son ECHAD o sea UNO COMPUESTO POR TRES. Esto es lo que sanamente la Biblia enseña Y NO ES LO QUE LOS LIBROS de la Watchtower y los Jesús Solo enseñan, a los cuales, lamentablemente, les caracteriza una ignorancia crasa de las verdades reveladas por la Biblia. Lo peor de todo son dos cosas: primero, que como los antiguos endurecen su corazón y rechazan la verdad y, segundo, muchos incautos caen en sus garra, dentro de los cuales se encuentran algunos cristianos fieles, que después de haber conocido la verdad se dejan engañar del Diablo.

Se une a toda esta enseñanza, otro hecho que viene a respaldar todo lo antes dicho. En Génesis 1:1 dice la Palabra: “En el principio creó Dios (Elohim) los cielos y la tierra”. En el v. 2 sigue diciendo: “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Y en el v.3 dice: “Y dijo Dios...” Ahora bien, analicemos: en 1 Pedro 3:5 dice: “...en el tiempo antiguo fueron hechos por LA PALABRA (el VERBO o LOGOS) de Dios los cielos y la también la tierra...”, y Juan 1:1-3 nos dice: “En el principio era la PALABRA (el VERBO o LOGOS), LA PALABRA (VERBO o LOGOS) ERA CON DIOS Y LA PALABRA (VERBO o LOGOS) ERA DIOS...TODAS LAS COSAS POR ELLA FUERON HECHAS...” En el versículo 14, se añade: “Y LA PALABRA (el VERBO o LOGOS) fue hecha carne y habitó entre nosotros.... Desde el principio, en todo su esplendor creativo se revela la Trinidad: DIOS PADRE, EL ESPÍRITU DE DIOS, Y LA PALABRA CREADORA (JESUCRISTO).

La palabra “Dios” (Génesis 1:1) es la traducción de la palabra hebrea “ELOHIM” (DIOSES), plural de “EL” (DIOS). Si se vertiera literalmente el versículo debería decir: “En el principio creó DIOSES los cielos y la tierra”. De acuerdo con el Diccionario Bíblico Vila-Escuain, “ELOHIM” se deriva de una raíz que significa: ser fuerte, poderoso, y aparece 2,313 veces en el A. T.

La pluralidad de personas dentro de la Deidad, en su carácter sustancial y esencial, es más que evidente en el Antiguo Testamento. Algunos tratan de justificar este hecho diciendo que la palabra ELOHIM es la forma mayestática, para indicar la plenitud del poder de Dios. Pero es bueno aclarar que esta forma a la cual ellos llaman “mayestática” no existe es el idioma hebreo antiguo, ni en el pensamiento oriental.
Los romanos fueron los que comenzaron a usarlo, muy posteriormente.

El Antiguo Testamento no solo enseña la pluralidad de la Deidad, sino que enseña, menciona y nos muestra a esas tres Personas en actividad confiriéndoles características y prerrogativas divinas, lo que no hace con ninguna criatura en el Universo:

1º. Pasajes donde se menciona la presencia del Hijo de Jehová: Sal. 2:7 y 12 (compare con Hechos 13:33), Proverbios 30:4; Jeremías 23:5-6; Isaías 9:6. En estos versículos se menciona al Hijo realizando actividades divinas y con atributos divinos como en el caso de Isaías 9:12 donde al Hijo se le llama: “Padre eterno (o literamente, “Padre de eternidad”) y Dios fuerte”.

2º. Pasajes donde se menciona al Espíritu Santo como una persona y ejerciendo todas sus actividades personales y divinas: Isaías 61:1; 63:10; 48:16; Ezequiel 8 y 11, entre otros muchos.

Sí, hermano, la Trinidad es tan real en la Biblia como la misma Biblia. Pero lo más hermoso de todo esto es que toda la plenitud de la Trinidad viene a morar en la vida del hombre cuando éste se vuelve a Dios por la fe en su Hijo Jesucristo. Jesús dijo que el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad, moraría con nosotros y estaría en nosotros, y sigue diciendo: “No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros” y en el versículo 23 nos dice Jesús: “El que me ama mi Palabra guardará y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos con él morada”.

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